DESCONEXIÓN DIGITAL: ON/OFF, DISFRUTANDO EN EQUILIBRIO TODOS TUS ENTORNOS

Sin duda el uso de las nuevas tecnologías, la digitalización y la comunicación a través de internet pueden aumentar nuestro potencial de conocimiento, pero siempre y cuando lo sepamos aprovechar, y hagamos de ellas un uso racional.

En este punto voy a reflexionar sobre el uso que particularmente hago de la tecnología en mi día a día, para tras evaluar este uso, y si de esta evaluación se desprende un uso no adecuado, tratar de identificar medidas que mejoren el equilibrio entre actividades digitales y desconectadas.

Estimación y monitorización

Para este análisis he realizado una comparativa entre el tiempo que estimo que destino a actividades digitales (dispositivos móviles, ordenador, televisión…) en una jornada normal, y el  tiempo que realmente dedico al uso de esa tecnología tras una monitorización, en mi caso con “Tiempo de pantalla (iOS)”, que me ha permitido acceder a un informe en tiempo real sobre el tiempo de uso de mi dispositivo, indicándome el tiempo dedicado por categorías (redes sociales, entretenimiento, productividad…) y en cada aplicación (en el caso de Android, Google también ofrece una serie de herramientas para monitorizar y controlar el uso que hacemos de nuestro dispositivo).  Y este es el resultado:

  • En el caso de los dispositivos móviles, el uso que hago de ellos es casi en un 90% profesional, en este caso la monitorización con los tiempos reales supera a la estimación, además en la monitorización se observa que en ocasiones accedo para por ejemplo mirar la hora.
  • El uso que hago de las redes sociales (RRSS) como Linkedin, Twitter, Facebook o Instagram puedo decir que no es intenso a nivel particular, aproximadamente dos publicaciones o tres por mes, en las que aprovecho para ver publicaciones de otras personas; y moderado a nivel profesional, una publicación semanal, en este caso dedico más tiempo a otras publicaciones que me interesan desde el punto de vista profesional. Además cuando enciendo el ordenador, tengo ya revisadas las notificaciones desde el smartphone. En este caso la diferencia entre lo estimado y lo monitorizado arroja un balance a mi favor, al haber accedido bastante menos de lo que yo pensaba. En este caso, no veo demasiado peligro en el uso que hago de las RRSS, lo considero adecuado y bien empleado.
  • En cuanto a las aplicaciones de mensajería instantánea, en el 99% de los casos Whatsapp,  y sabiendo que en la mayoría de los casos los mensajes de Whatsapp son los que más irrumpen e interrumpen la actividad social, familiar o laboral; en mi caso tener silenciados la mayoría de los grupos a los que pertenezco, reduce en gran medida el tiempo que le dedico. La mayoría de los mensajes contienen videos y fotos que se reenvían de unos grupos a otros. Visto uno, vistos todos. En este caso lo estimado coincide casi con lo monitorizado.
  • En lo referente a las notificaciones, la realidad monitorizada es mayor que mi estimación, aunque si es cierto que muchas de las notificaciones de RRSS y mensajería instantánea, las suprimo sin revisarlas. Y otra gran parte pertenecen a los correos electrónicos recibidos, que son spam o no deseados, que igualmente elimino sin abrir. Las notificaciones que son de mi actividad laboral las gestiono lo antes posible, las que pertenecen a mi entorno particular, salvo que sean urgentes las veo al finalizar mi jornada laboral.
  • En cuanto a la tv, plataformas y videojuegos, en mi caso, aunque en los tiempos que corren pueda resultar extraño  el tiempo de acceso no es mucho,  solo por la mañana una media hora para noticias, y por la noche, un par de horas, aunque si es cierto que durante la cena (solo tv, plataformas y videojuegos “cero”).
  • Además de mi actividad digital, en lo que al ámbito privado se refiere, dedico aproximadamente una hora y media al día (5 días a la semana), a realizar una actividad desconectada, esto es actividad física, aunque es cierto que monitorizada con algún “wearable” (reloj, pulsera o Smartphone). Lo que implica que también emplee algún tiempo en registrar, clasificar, etc, la actividad realizada.
Observación, comparación y evaluación

De la observación, comparación y evaluación delos resultados de mi estimación y la monitorización llevada a cabo, que en algunos casos difiere lo que yo estimaba de la realidad que he monitorizado,  se desprende que en ciertos momentos doy un uso a las tecnologías  que «excede» el propio de aprovecharlas.

Debemos de ser conscientes de que pasamos la mayor parte del día frente a pantallas y que tenemos dependencia de ellas. Un uso excesivo de la tecnología nos puede abocar  a consecuencias negativas en el ámbito social, familiar, laboral y lo que es más importante en el de nuestra propia salud.

Si bien es cierto que la mayor parte del tiempo frente a las pantallas en mi caso es por cuestiones laborales, es necesario poder «desconectar». Así se recoge y regula en el título X de la Ley Orgánica 3/2018 de 5 de diciembre de Protección de Datos Personales y Garantía de los Derechos Digitales (LOPDGDD).

Medidas que podrían paliar esta situación 
  • Dejar el Smartphone en otro lugar y no ver la tv mientras comes.
  • No tener muy “a mano” el Smartphone para  que no sea tan fácil de usar si no lo necesitas.
  • Establecer  horarios o límites para el uso de cierta tecnología, hay aplicaciones para ello, App Timer, permite establecer límites de uso a las distintas Apps; Wind down hace que las apps aparezcan como desconectadas a partir de la hora que hayas programado, etc.
  • Silenciar o guardar el smartphone cuando estemos conversando con alguien.
  • Revisar la configuración de las notificaciones.
  • Evitar pertenecer a “grupos” de mensajería instantánea o “comunidades” de RRSS prescindibles.
CONCLUSIÓN

De la comparativa y análisis realizado he podido comprobar que en general invertimos demasiado tiempo en el uso de tecnología, en definitiva en nuestras actividades digitales, lo que puede suponer en algunos casos un obstáculo para las relaciones personales.

Debemos revisar nuestra relación con la tecnología, para adecuarla a nuestra actividad social y personal y no a la inversa; ya que lo que estamos sacrificando es tiempo con nuestra familia, compañeros, amigos, etc..

Debemos hacer un uso moderado de toda esa tecnología que tenemos a nuestra disposición, y sacar el provecho que implican, pero sin sacrificar nuestra vida personal y social.

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